ZAMA: LA PELICULA DE LUCRECIA MARTEL QUE ATRASA 20 AÑOS DEL CINE NACIONAL

Hace pocos días se estrenó en los cines de nuestro país, la última película de la salteña Lucrecia Martel, Zama, adaptación de la novela escrita por el escritor mendocino Antonio Di Benedetto que cuenta la historia de Diego de Zama, un funcionario americano de la Corona española que espera una carta del Rey que lo aleje del puesto de frontera en el que se encuentra estancado. Su situación es delicada, por lo que se ve obligado a aceptar con sumisión cualquier tarea que le ordenen los Gobernadores que se van sucediendo mientras él permanece. Algunos años transcurren y la carta nunca llega. Al advertir que en la espera ha perdido todo, Zama decide sumarse a una partida de soldados  a tierras lejanas en busca de un peligroso bandido. Libre de sus esperanzas de traslado y ascenso.
Precedida de innumerable reconocimiento de una cada vez más dudosa crítica especializada que le dicen, se transformó en el bochorno cinematográfico de la década. 
La película hace agua por donde se la mire. Es la historia del sin sentido, el camino hacia la nada, la falta de argumento es total, trayendo a la memoria lo peor del viejo cine nacional, ese que espantaba de los cines y que cada vez que mostraba un nuevo título hacia que, como argentinos, les diésemos las espaldas con sobrada razón.

Por qué volver a ver en el cine los planos fijos sobre la nada que se eternizan; volver a los diálogos inexpresivos y sin línea argumental, lo que sumado a las muy malas actuaciones de la totalidad de sus intérpretes, con un casting especialmente seleccionado para la decepción, completan un cóctel perfecto de la imperfección.-

Da pena que luego de tanto buen cine, en muchos casos con muy poco presupuesto, pero con muy buenos resultados, nos encontremos con una producción multi co-producida, donde el dinero no es exactamente lo que falta, pero con un resultado funesto.

Películas como esta, y directoras como Martel, hacen que el cine  nacional nos duela. Duele ver tanto dinero mal invertido, duele ver el retroceso de una industria muy golpeada por estos nuevos tiempos, duele la sobre valoración sin sentido, duele.

Lucrecia Martel, la directora de la olvidable "La Ciénaga", de 2001, vuelve a parir otra producción, que podría catalogarse también de olvidable, si no fuera por la necesidad de tener este tipo de películas constantemente en la retina a fin de no volver a caer en este mismo tipo de errores.

Como únicos elementos rescatables de esta producción aparecen la buena elección de las locaciones en las hermosas provincias de Corrientes y Formosa, más Buenos Aires, ello sumado a un correcto vestuario que no alcanzan a darle un atisbo de logro como obra cinematográfica.- 

Zama, la mayor decepción del cine nacional de las últimas décadas, que ha sido elegida por la Academia del Cine Nacional como representante de nuestro país en los premios Oscar 2018.

Consejo del autor del blog: si le sobran 2 horas de su vida, puede verla, pero le adelanto que a poco de comenzada va a preguntarse ¿hacia dónde va?, ¿cuánto falta para terminar? y ¿qué tan difícil pudo haber  sido darle algo de argumento a la historia?.-

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